Municipio:
Güímar
Historia
Antes
de la conquista de Tenerife, este menceyato era el más importante del sur de la
isla, en el norte era Taoro.
No se
sabe muy bien cuáles eran los límites del mismo, pero se cree que el este era
el barranco de Santos, el oeste era el
de Herques, el norte se extendía hasta los 1540 metro de altura y el sur era el
mar. Mientras que otros autores lo extienden hasta el comienzo de Abona.
Lo que
si queda claro es que las tierra ricas de pastos se encuentran fuera del límite
del valle, más allá de las Cuestas de las Tablas, mientras que se avanzaba para
el sur el empobrecimiento era notable, por lo que la transhumancia era
obligada. En invierno se movían a la costa, asentándose en las proximidades de
pozos y fuentes.
Son
números los hallazgos arqueológicos en la zona, que van desde cueva-habitación
a abrigos pastoriles, concheros, silos, cuevas sepulcrales y necrópolis. Hay
referencias de los saqueos desde el siglo XVII, siendo las momias los elementos
más llamativos. Es aquí donde se encuentra el Barranco de Herques, en el que se cree que tuvo lugar el hallazgo más resonado
hacia 1762-63, con al menos 1000 momias (el libro de las mil momias).
Otro de los lugares arqueológicos eran Chinguaro (en lengua
aborigen es barranquillo de poca pendiente), en la cabecera del Menceyato a 3km
de Güimar. Era un conjunto habitacional formado por cuevas naturales y
oquedades artificiales.
Es en
la playa de Chimisay ( arenisca o piedra blanca) donde apareció la virgen,
siendo encontrada por unos pastores la trasladan a Chinguar, dándole su culto conforme a sus ritos. Se piensa que fue introducida por
misioneros franciscanos andaluces del convento de Betancuria. Estos pastores
avisan a Acaymo, que al tocarla decidió cogerla para él sólo,
pero al ser demasiado pesada para llevarla hasta Chinguaro, pidió Socorro, lo
que fue el origen en este lugar de ermita y su romería.
Para
recordar esta aparición, Alonso Fernando de Lugo construyó una ermita, y es en
1550 cuando existen noticias de su culto. Al final de ese siglo se derribó y
construyó una de nuevo y en 1643 se constituye la Cofradía de Nuestra Señora del
Socorro. En el lugar de la aparición se puso una cruz y se le añadieron unos
poyos pegados a la pared, estando así en la actualidad.
La
romería y fiestas del Socorro se celebró en sus orígenes el 18 y 26 de
diciembre, pasando en 1837 a el actual 7 de septiembre.
Los
aborígenes de Güimar se unieron al bando de paz (el de guerra eran los del
norte, bando que no quería caer bajo las garras de los castellanos) de la
conquista, y jugaron un papel muy importante en algunas fases de la conquista,
especialmente tras la derrota en La Matanza. Su Mencey fue llevado a Soria y
bautizado, siendo el destierro y esclavitud su destino tras la victoria. Con el
apoyo del Obispo Muros obtuvieron la libertad la mayoría de los guanches
(400-500).
Tras la
conquista, en la zona quedaron algunos aborígenes, asentados en Guaza, que
conformaron el municipio junto a
grancanarios, castellanos andaluces, extremeños y portugueses.
Una
buena parte del valle fue destinada al azúcar, viendo su máxima exportación la
primera mitad del siglo XVI. Al no poder competir con Brasil, se sustituye por
la vid.
Muchas
de las tierras que se repartieron en este lugar cambiaron de manos en más de
una ocasión, diferentes herederos, enlaces matrimoniales que ampliaban el
patrimonio, etc
El
primer núcleo de Güimar es San Juan o Güímar de Arriba, que por el año 1534 se
erigió la ermita a San Juan Bautista, junto a la casa del Paseo. Esto en las
cercanías de los nacientes de agua del
“El Río” y Barranco de Badajoz.
No
obstante, a principios del siglo XVII el núcleo de población se desplaza al
llamado Güímar de Abajo, alrededor de un antiguo tanque de agua y donde se
erige en 1602-1608 el primitivo templo de San Pedro. El enclave de San Juan
pasaría a denominarse Güímar de Arriba.
La
emigración se recrudece con la falta de salida del vidueño, pero su crecimiento
demográfico es favorable. El principal obstáculo para la población es la
concentración de tierras por heredamiento, lo que dio origen a muchos
conflictos durante varias décadas, sobre todo tras la crisis del malvasía, y
producción un relanzamiento del sector autoconsumo (papas, millo y trigo). Es
en 1826 cuando se alcanza un acuerdo y pone fin a siglos de enfrentamientos.
Los vecinos y ayuntamiento se reservan las 2/3 de las aguas y los dueños de Heredamiento
el tercio restante, lo que desencadena en un crecimiento viéndose reflejado en
su casco de Güimar de Abajo (se construye la parroquia San Pedro y el Convento
Dominico).
Como
todos los municipios de la isla, este tampoco se libró de la migración de sus
gentes, muchos de ellos retornaron, por lo que con estos cambios socio-económicos
afectan a su estructura urbana.
La
costa ha sido la última zona en ser urbanizada, sobre todo por la finalidad
turística.
Inmuebles a visitar
Camino del Socorro: BIC 2009. El Camino del Socorro discurre en sentido
este-oeste. Se inicia en la confluencia de la calle Calvario con la calle
Tonazo y calle Lomo del Molino, hasta alcanzar el caserío de El Socorro.
El
primer tramo tiene en la actualidad un marcado carácter urbano, al transcurrir
por el núcleo de San Pedro de Abajo, si bien la vía se enmarca por numerosas
viviendas con hermosas fachadas y casonas vinculadas a las más pudientes
familias güimareras
En la
zona del barrio de Los Majuelos y El Calvario las construcciones tienen un
carácter más popular y reciente, destacando la capilla de la Santa Cruz,
cubierta por bóveda de medio cañón y rematada por frontón clásico.
A
partir de La Asomada, el Camino se adentra en un paisaje agrario, con numerosos
abancalamientos mediante muros de piedra seca, en los que los cultivos
tradicionales están siendo sustituidos por cultivos tropicales de exportación
Alcanzada
la Autopista TF- 1, sorteada mediante un puente de reciente construcción, el
Camino adopta una configuración diferente al contar con un firme de tierra cuyo
trazado bordea la base del cono volcánico de Montaña Grande. La margen derecha
del Camino muestra un paisaje menos alterado, con huellas de antiguos cultivos
hoy abandonados, mientras que hacia la margen izquierda se aprecia el
progresivo avance de las infraestructuras asociadas al Polígono Industrial de
Güímar.
(foto: http://www.gobiernodecanarias.org/cultura/patrimoniocultural/bics/index.html?bic=true&cod=235)
Capilla de San Pedro de Abajo y bienes
muebles vinculados: BIC 2006. La capilla es una sencilla construcción, con muros de
mampostería y bloques de hormigón, con cubierta a cuatro aguas de teja árabe.
Su
elemento más representativo es la gran portada de medio punto en cantería. En
el interior, los frescos representan medallones con floreros en las paredes
laterales.
El
entorno de protección acoge dos casas terreras que flanquean la capilla, con
idéntica solución en la cubierta y vanos modificados; mientras que al otro lado
de la calle de San Pedro de Abajo, la plaza constituye el escenario de diversos
actos durante las fiestas patronales.
Capilla de San Pedro de Arriba y bienes
muebles vinculados: BIC 2006. La capilla es una sencilla construcción de planta de
tendencia cuadrada, con muros de mampostería y cubierta a cuatro aguas de teja
árabe.
Su
elemento más representativo es la gran portada de medio punto en cantería. Como
prolongación de la fachada aparece un alpende de madera sostenido por finos
pilares de idéntico material y cubierto de chapa metálica ondulada. En el
interior, las pinturas murales representan las Virtudes Teologales, los
símbolos de la Pasión y las armas del titular de la capilla.
El entorno
de protección acoge una casa terrera y un par de inmuebles de dos plantas,
entre los que destaca el situado frente a la plaza, con ordenación simétrica de
vanos en la fachada, ventanas mixtas de cojinetes y cristaleras y cubierta de
tejas a cuatro aguas.
Casa del Paseo y Capilla de San Juan y bienes
muebles vinculados: BIC 2008. Los inmuebles de
la Casa del Paseo y Capilla de San Juan constituyen el núcleo fundacional de la
ciudad de Güímar, remontando sus orígenes a 1500, cuando el Adelantado asigna una
data a Blasino Plombino o de Inglesco y a su hermano Juan Felipe, mercaderes
romanos.
Instalarán un ingenio azucarero, aprovechando
las aguas del Río de Güímar, configurándose un pequeño núcleo entre los
barrancos del Agua y Badajoz, integrado por trabajadores del ingenio y los
campos de caña y articulado alrededor de la vivienda principal, posible germen
de la Casa del Paseo.
La data
es transferida a Francisco de Vargas en 1505, cuyo apoderado García de
Cañamares será el verdadero fundador del pueblo a partir de 1506, construyendo
la ermita de San Juan en 1534, junto al ingenio azucarero. Cambia de manos tras
sucesivas herencias.
El
templo se arruinó en el siglo XVII, reedificándose en el XVIII y modificada
radicalmente en su fachada durante el XX. Asimismo, la Casa del Paseo sufrió
transformaciones sucesivas.
Casco histórico: BIC 2001. El Casco Histórico de Güímar comprende tres inmuebles
significativos: la Iglesia de San Pedro, El Ayuntamiento -antiguo convento
dominico- y la Iglesia de Santo Domingo, así como la Capilla de San Pedro de
Abajo.
La
arquitectura doméstica existen diversas tipologías que se hacen acreedoras de
consideración, desde las de origen agrario -las más antiguas- a las de estilo
ecléctico, con su desapego respecto la tradición vernácula.
El
modelo dominante es el de la casa de dos plantas y cubierta plana (azotea), con
tres o cuatro vanos por planta. Predominan las ventanas de dos batientes,
acristalados, con contraventanas de apertura hacia el interior. Los balcones de
madera son infrecuentes -no así los pequeños balcones, a veces meros antepechos
de rejería, en los ventanales-
En ocasiones, se pueden apreciar gárgolas de
cantería en la base del antepecho. Una particularidad de estas viviendas con
cubierta plana, sobre todo en San Pedro de Abajo, es la utilización de vigas
transversales de madera, sosteniendo las losas de piedra que conforman la
azotea.
Un
rasgo común a todas ellas es la falta de alineación, o bien la asimetría, en la
disposición de los vanos.
Complejo de Chinguaro: BIC 1999. Barranquillo de poca pendiente. Este lugar se sitúa a tres
kilómetros de Güimar y está formado por un conjunto de cuevas naturales y
artificiales.
Precisamente,
la imagen de la Virgen de Candelaria permaneció en este lugar alrededor de
treinta o cuarenta años. Fue aquí donde por primera vez los aborígenes le
dieron culto a la imagen.
Posteriormente, y sin saber con certeza los motivos,
la imagen sería trasladada a Candelaria. Por eso, hasta finales del siglo
XVIII, es este lugar sólo se dio culto a la Santa Cruz.
Es en
esa época cuando se decide construir una ermita de la Candelaria muy próxima a
la cueva.
Desgraciadamente fue demolida e el siglo XX, aunque quedan restos de
la denominada ermita de las Cruces, levantada posteriormente sobre la bóveda de
aquella.
(foto: http://www.gobiernodecanarias.org/cultura/patrimoniocultural/bics/index.html?bic=true&cod=234)
Ermita del Socorro: BIC 1990. Según cuenta la leyenda, allá por el año 1932 (1430-50 según estudios
modernos), unos pastores encontraron en la playa de Chimisay. Este hecho marcó
el origen de ese lugar, de su ermita y su romería.
Fue en
el primer tercio del siglo XVI cuando el Adelantado, Alonso Fernández de Lugo,
decidió edificar una ermita como recuerdo de su aparición. Esta ermita se
reedificó y se construyó en ella la Cofradía de Nuestra Señora del Socorro.
Experimentó varias reformas y sus obras definitivas, que la ampliaron a un
templo de dos naves, se concluyeron en 1894.
En su
interior destaca una talla de la Virgen, del siglo XVII, hecha en madera, con
telas encoladas y ataviada con túnica roja.
Iglesia de San Pedro Apóstol y bienes muebles
vinculados: BIC
2007. La iglesia parroquial consta
de tres naves de igual altura. El imafronte orientado hacia el sur, remata en
un cornisamiento ondulado que delata la altitud pareja de sus naves.
La portada es de dos cuerpos y estilo barroco
esculpida en cantería azul. El cuerpo inferior cuenta con un arco de medio
punto, pilastras de orden compuesto y frontón partido; el superior, coronado
con el escudo de San Pedro, reproduce en torno a un lucernario las mismas
pilastras, sólo que de menor tamaño.
Las
esquineras de la fachada y las molduras de la cornisa, ambas de cantería azul,
completan los recursos decorativos. El conjunto se halla elevado sobre un
graderío.
La
torre, de estilo neoclásico, se emplaza hacia el oeste y no sobresale demasiado
del buque del templo.
En el
interior, separando las tres naves, destacan las arquerías apeadas por columnas
de orden toscazo y fuste liso. Los artesonados en estas tres naves son de par y
nudillo, con cinco tirantes y de cinco faldones.
Iglesia del Convento de Santo Domingo y
bienes muebles vinculados: BIC 2008. El templo
presenta una planta de cruz latina y nave única adosada al costado norte del
claustro conventual. La portadabes de composición vertical, con una faja de
cantería que comprende dos huecos de medio punto superpuestos: la puerta y un
lucernario superior.
El
hastial tiene forma triangular, acusando las vertientes del tejado. Es digno de
reseña el alero de cantería, solución adoptada para el resto de la iglesia y
convento, compuesto por una moldura cuartocircular que sirve de transición
entre los paramentos y las hileras de teja.
En el
interior, el cañón de la nave dispone de un artesonado de par y nudillo, con
ocho tirantes simples apeados por canes de talla avolutada. Ocultando el
artesonado, el crucero aparece cubierto por una bóveda vaída sobre pechinas,
algo inusual en este tipo de iglesias.
La Hidro: BIC 2007.
El Sitio Histórico de La Hidro se localiza en el interfluvio que separa los
barrancos de Badajoz y del Agua, en un sector de las medianías altas del Valle
de Güímar.
El
estrecho lomo en el que se ubica la Central aparece completamente abancalado,
aunque gran parte del terrazgo se halla abandonado y las terrazas ocupadas por
comunidades ruderales y antiguos cultivos de viña y tuneras. Algunos pinos
aislados completan el paisaje vegetal de la zona. En los alrededores se
localizan diversas canalizaciones y atarjeas que descienden desde las galerías
situadas a cota superior y que discurren paralelamente al camino de acceso.
El
edificio de la Central cuenta con dos cuerpos ortogonales adosados. El primero
consta de dos plantas y azotea, existiendo varios vanos que se abren en tres de
sus fachadas. El segundo cuerpo, de una sola planta y cubierta a dos aguas de
uralita, cuenta con dos ventanales que se abren en la fachada sur. En el
interior se conserva la maquinaria -grupo diesel, alternador, etc.- que en los
últimos años de funcionamiento generaba la energía eléctrica.
(foto:http://www.gobiernodecanarias.org/cultura/patrimoniocultural/bics/index.html?bic=true&cod=935)
Llano de la Virgen: BIC 2009. Es una explanada situada en la trasplaya inmediata a la playa de
Chimisay.
Situado
en el caserío de El Socorro, en el margen septentrional del Malpaís de Güímar y
en un tramo litoral bajo, conocido como Playas de Chimisay (cuya morfología ha
sufrido algunas variaciones respecto a su aspecto original), el Llano de la
Virgen representa un enclave de gran significación cultural, simbólica y
religiosa, relacionado con la aparición milagrosa de la imagen de la Virgen de
Candelaria y con la tradicional romería de El Socorro.
Dentro
de este recinto existe un lugar denominado "Campo de la Ceremonia".
En él se levantan algunos hitos vinculados a la aparición de la Virgen a los
guanches. El primero de estos hitos es la cruz de tea que señala, según la
tradición, el lugar en el que los guanches encontraron la imagen. El segundo se
localiza en sus inmediaciones, correspondiendo al brocal de un pozo de agua
salobre, utilizado, según la tradición, por los pastores guanches que fueron
sorprendidos por la aparición mariana. El actual aspecto del pozo, producto de
numerosas reformas, es el de un foso de planta elíptica de 3 m de profundidad.
Cuenta con una escalera realizada con cantos de la playa, de igual forma que
las paredes del foso. Todo ello se corona por medio de un brocal de sillares de
tosca encalados.
A
escasos metros del Campo de Ceremonia existen aún interesantes ejemplos del
primer hábitat de la zona. Se trata de un conjunto de cuevas excavadas en la
toba, que servían de estancia a los romeros en los días de fiesta y cuya
antigüedad resulta difícil de precisar si se valora la tradición de utilización
de cuevas artificiales como hábitat entre los aborígenes del valle de Güímar.
Salvada
la cuesta, encuentra el aljibe de la Virgen; una pequeña edificación cuya nota
más característica es su falta de alineación con respecto al resto de las construcciones.
Este pequeño cuarto alberga el aljibe donde se recogía el agua para el consumo
de los romeros en los días de fiesta.
La falta de alineación responde a su
antigüedad, muy anterior a las edificaciones de El Socorro.
Molino de La Menora: BIC 2007. El Sitio Etnológico se localiza en el barrio de La Hoya, también
conocido como de La Raya.
El
molino se ubica al pie de un gran mogote rocoso en el que se aprecian signos
evidentes de desplomes debidos a la acción de las aguas de escorrentía que
circularon históricamente por el cauce. La vegetación dominante se caracteriza
por un predominio del matorral de sustitución, con especies nitrófilas y
ruderales, entre la que destacan los vinagrerales, ricinos, así como tuneras y
cañas. En general, se trata de un paisaje antropizado, con restos de bancales
antiguamente cultivados, además de diversas construcciones que destacan por su
precariedad y estado de abandono.
Sólo
conserva el "cubo" (las dependencias anejas han desaparecido), por
cuyo interior bajaba el agua que hacía mover la maquinaria de molienda.
Construido en mampostería y enfoscado en sus paredes interior y exterior, su
morfología cilíndrica contrasta con los "cubos" de los cercanos
molinos de Chacaica, constituidos por cilindros superpuestos.
Por
último, cabe citar una modesta edificación rectangular, con muros de piedra
seca y cubierta a cuatro aguas construida mediante una torta de mortero, cal y
arena sin tejas, que responde a un modelo de vivienda popular bastante
frecuente en el Valle de Güímar.
En la
base de la vertiente derecha del Barranco del Luchón aparecen algunas cuevas,
cuyas bóvedas han sufrido importantes desplomes, transformando su morfología
original. Constituirían posibles cuevas de uso habitacional durante el período
prehispánico, reutilizadas en fechas posteriores a la conquista. No obstante,
la acumulación de derrubios en sus bocas dificulta la determinación de la
existencia de material arqueológico en superficie o de relleno sedimentario.